27.9.10

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Me siento como una mierda....Peor que eso...No puedo más...Esta vida es un asco.

23.9.10

El otro árbol de Guernica

Hace unos cuantos años leí un libro que me gusto mucho, era pequeña, pero recuerdo que me emocionó y que me encantó.
El libro me lo dejo mi padre, que a el se lo regalo una mujer mayor cuando era pequeño, el libro tiene 32 años...si no tiene más, esta un poco destrozado...
Voy a volver a leermelo, ya no me acuerdo de casi nada del libro...y lo encontré el otro día. Así que...por qué no?

Incertidumbre...

No se que hacer...
Estoy en 2º de bachillerato, mi último curso en el instituto, después, haré selectividad...pero y después que?
A estas alturas aun no se que narices estudiar...sí, algo de ciencias, eso lo tengo claro, porque es lo que mejor se me da...lo que más me gusta etc.
Pero que carrera elijo? cual me ofrecerá más salidas? cual sera la que más me guste...no tengo ni idea... informática? imagen y sonido? no lo se...
Mucha gente me a dicho que no pierda el tiempo estudiando informática...que no vale la pena, otras personas me han dicho que si me gusta que la haga, pero también tengo miedos, yo ahora mismo no tengo ni idea de informática y se que mucha gente sabe muchísimo sin estudiar una carrera...y yo, voy muy por detrás. Eso me desanima bastante.
Imagen y sonido...no se que salidas puede tener, me gusta la fotografía y tal...pero no se.

¿Que otras carreras puedo hacer? y que me gusten?.
Necesito información y que sea útil...pero no la encuentro.

Luis Alberto de Cuenca

La tierra estaba seca.
No había ríos ni fuentes.
Y brotó de tus ojos
el agua, toda el agua.



Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».



Cuando la sombra cae, se dilatan tus ojos,
se hincha tu pecho joven y tiemblan las aletas
de tu nariz, mordidas por el dulce veneno,
y, terrible y alegre, tu alma se despereza.

Qué blanca está la noche del placer. Cómo invita
a cambiar estas manos por garras de pantera
y dibujar con ellas en tu cuerpo desnudo
corazones partidos por delicadas flechas.

Nieva sobre el espejo de las celebraciones
y la nieve eterniza el festín de tus labios.
Todo es furia y sonido de amor en esta hora
que beatifica besos y canoniza abrazos.

Para ti, pecadora, escribo cuando el alba
me baña en su luz pálida y tú ya te has marchado.
Por ti, cuando el rocío bautiza las ciudades,
tomo la pluma, lleno de tu recuerdo, y ardo.



Bienvenida al palacio de la duda,
a la casa del miedo.
Cómo echaban de menos tus pisadas
las baldosas del barrio.



Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.
Córtalas a destajo, desaforadamente,
sin pararte a pensar si son malas o buenas.
Que no quede ni una. Púlele los rosales
que encuentres a tu paso y deja las espinas
para tus compañeras de colegio. Disfruta
de la luz y del oro mientras puedas y rinde
tu belleza a ese dios rechoncho y melancólico
que va por los jardines instilando veneno.
Goza labios y lengua, machácate de gusto
con quien se deje y no permitas que el otoño
te pille con la piel reseca y sin un hombre
(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.
Y que la negra muerte te quite lo bailado.